En enero de 2024, la CPC Biobío publicó su informe de actividad económica. Los resultados alertan sobre una tendencia que ya no puede ignorarse: la necesidad urgente de tomar decisiones basadas en datos en el Biobío.
Las cifras son claras:
- Las inversiones aprobadas en la región cayeron un 55% respecto a 2019.
- El desempleo alcanzó el 7,8%, una de las tasas más altas en los últimos años.
- Las empresas están priorizando la mantención de operaciones, dejando de lado la expansión.
- Esta situación no solo refleja una economía contenida, sino también una falta de estrategias basadas en evidencia.
El Biobío tiene datos. ¿Por qué no los usa?
En muchos niveles de decisión, públicos y privados, la información está disponible: presupuestos, proyecciones, catastro de proyectos, productividad, empleo. Sin embargo, los datos no se transforman en acción.
Desde el Centro de Datos e Inteligencia Artificial de la Universidad de Concepción (CDIA UdeC) impulsamos el uso estratégico de información mediante inteligencia artificial, ciencia de datos y modelamiento predictivo. Herramientas que permiten avanzar de la intuición a la planificación efectiva.
¿Qué se puede hacer diferente?
Aquí algunos ejemplos donde decisiones basadas en datos en el Biobío pueden marcar una diferencia:
- Definir sectores prioritarios para inversión con impacto en empleo y encadenamientos productivos.
- Evaluar políticas públicas antes de implementarlas, modelando escenarios.
- Medir impacto real de subsidios e incentivos en tiempo real.
- Anticipar brechas territoriales para distribuir recursos con mayor justicia.
No se trata de tener más datos, sino de usarlos bien
El desafío no es solo técnico, sino cultural. Durante años, la región ha confiado en decisiones replicadas por costumbre o percepción. Pero los desafíos actuales requieren evidencia, análisis y tecnología aplicada.
Por eso, desde el CDIA UdeC trabajamos junto a instituciones públicas, empresas e investigadores para transformar datos en conocimiento útil.
El Biobío está frente a una oportunidad. La evidencia existe. La tecnología también. Lo que falta es hacer de los datos una herramienta central en cada decisión relevante.